lunes, 12 de marzo de 2012

! EN LA CARNE NO HAY FE !

Introducción

 Que terrible es esperar algo de Dios y no recibirlo, tal vez tu estas en una situación desesperada, en el tema anterior hablamos de la necesidad de llevar nuestra fe a un nivel que nos de plena convicción de las promesas de Dios, hoy trataremos sobre la forma de alcanzar esa vida de fe que nos permita alcanzar las bendiciones que Dios ha preparado de antemano para nosotros.

La Sencillez del Evangelio

Estamos concientes que sin fe nada podemos hacer en la vida cristiana, es un camino de fe y para fe, en un sentido popular nos conocen como "creyentes", el ser salvos es un producto de haber creído, ahora veamos un poco mas sobre esta realidad, la escritura dice que todos los que hemos tenido fe en Jesús como nuestro salvador hemos nacido a una nueva vida, somos nuevas criaturas, quiero enfatizar que nuestra vida en Cristo es una vida en el Espíritu:
Romanos 8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. 15 Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios,
El evangelio es sencillo, ingresamos a él cuando el Espíritu Santo hizo nacer de nuevo nuestro Espíritu por la fe en Cristo, y debemos continuar esta nueva vida guiados por el Espíritu, esa es la evidencia que somos hijos de Dios realmente, te diré una realidad, alguien puede decir que es salvo y que nació de nuevo, pero sino vive por el Espíritu, como puede ser, si la palabra de Dios nos dice que el Espíritu nos debe guiar, que nos da testimonio que somos hijos de Dios, pero al contrario, si alguien anda en la carne, entonces no tiene el Espíritu de Dios:
Romanos 8:9 Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él.


Los hijos de Dios son guiados por el Espíritu

La sencillez del evangelio es una vida guiados por el Espíritu, obedeciendo a Dios, pero el problema de la Iglesia en la actualidad es que la "doctrina de la gracia" ha sido malinterpretada, haciéndola un libertinaje, donde la vida del Espíritu es una opción, que terrible es decir que hay algunos cristianos espirituales, y otros carnales, no mi amado hermano, los verdaderos cristianos no pueden ser carnales, el vivir por el Espíritu no es una opción, es una necesidad de esta vida en Cristo, y es por eso que Dios esta tratando a su pueblo con tantas pruebas, (económicas, familiares, sentimentales, de salud, etc.) porque el Señor quiere que volvamos a la realidad del evangelio, donde vivimos de forma sobria, justa, y piadosa, una vida en santidad, guiados por el Espíritu, esa es la verdadera gracia de Dios la cual hemos ingresado por la fe en Cristo.
Tito 2:11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, 12 enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente, 13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús,


La Carne no tiene fe

Sabes cual es el problema de la fe, vivir una vida carnal, es decir, una vida no consagrada a Dios, complaciendo los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa, ya conoces las obras de la carne que nos habla Gálatas 5:19-21, si vivimos practicando esas obras, obviamente no podremos tener fe, aunque "creamos" o digamos que si. La escritura nos dice que sin fe es imposible agradar a Dios, también nos dice que los que están en la carne no pueden agradar a Dios, claro, porque los que están en la carne no tienen fe, pero en cambio los que viven por el Espíritu si tienen fe, porque la fe es fruto del Espíritu tal como lo dice Gálatas 5:22, si en verdad somos de Cristo, tenemos fe, porque andamos por el Espíritu, y hemos crucificado nuestra carne:
Gálatas 5:24 Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
Amado hermano, fe es confianza en Dios, nuestra carne no tiene fe porque confía en si misma, y no en Dios, por eso es que los que andan en la carne no pueden heredar el reino, ni las bendiciones que Dios tiene para los que son hijos (Jeremías 17:5), pero recuerda, los que son hijos, son los que viven por el Espíritu, es decir que dependen, que confían en Dios, que realmente tienen fe. El Apóstol Pablo supo esta realidad por eso decidió renunciar a toda la confianza que pudo tener mientras vivía en la carne, pero una vez que acepto a Jesús sabia que era llamado a vivir por el Espíritu y no poner su confianza en la carne (Filipenses 3:3-12). Notemos entonces claramente las diferencias:
1) Si vives por el Espíritu, entonces tienes fe, porque es parte del fruto del Espíritu, y por consiguiente agradarás a Dios, y recibirás toda bendición.
2) Pero si vives en la carne, entonces no puedes tener fe, y sin fe es imposible agradar a Dios, por consiguiente no puedes alcanzar las bendiciones de Dios para tu vida.
Si quieres empezar a vivir una vida de fe que te de la convicción de recibir lo que Dios ha prometido, debes empezar a vivir guiado por el Espíritu, ¿sabes como se logra hace? A través de la palabra, así es hermano, por donde le busquemos, el Espíritu Santo ha sido enviado a guiarnos, pero es a través de la palabra del Señor, lámpara es a nuestros pies la palabra de Dios (Salmo 119:105), es nuestra guía en medio de la vida perversa que se vive en todo el mundo, por eso el enemigo quiere a toda costa buscar tergiversar la palabra de Dios, pero la palabra es clara, y la sana doctrina, las enseñanzas del Señor, son para vivir una vida piadosa (1 Timoteo 6:3), las palabras del Señor son Espíritu y son vida para el que las recibe (Juan 6:63).
Amado hermano volvamos a la sencillez del evangelio, una vida donde tómanos nuestra cruz cada día (Mateo 10:38), una vida donde el Espíritu Santo nos guía, una vida que busca la paz y la santidad (Hebreos 12:14), y entonces veremos la respuesta de Dios a nuestra oraciones, veremos la mano de Dios obrando a nuestro favor, y no porque lo merecemos, sino porque verdaderamente estaremos viviendo la gracia del Señor. Escudriña mas cada día la palabra, la palabra de Dios es viva, en la medida que la lees (y oyes), la meditas, y la pones por obra, el Espíritu Santo traerá revelación a tu vida, e iras conociendo mas, aumentando tu fe, y recibiendo la bendición plena de Dios para ti.


Pasando de la Carne al Espíritu

¿Quieres una vida de fe que aumente, al punto que tengas plena convicción pues comprendes las realidades de Dios? Entonces debes morir a la carne, el Apóstol Pablo lo dice claramente:
Romanos 12:1 Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.
Para pasar de una vida carnal a una vida guiados por el Espíritu, necesitamos subirnos al altar, allí muere la carne, recuerda en el antiguo pacto, el cordero subía al altar y era totalmente quemado, cuando nos subamos voluntariamente (no porque te diga alguien, sino porque tu has comprendido que es la única forma), entonces el fuego del Espíritu consumirá nuestra carne. Falta algo mas para vivir por el Espíritu, debemos renovar nuestra forma de pensar por la palabra, recuerda que si cambiamos nuestra forma de pensar, cambiamos nuestra forma de vivir, debemos a través de la palabra, renovar nuestra mente para que pensemos con la mente del Señor, la escritura declara que si hemos nacido de nuevo y queremos vivir una vida del espíritu, debemos vivir como resucitados, teniendo nuestra mente en las cosas de arriba:
Colosenses 3:1 Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.


Resumen

Hemos aprendido que la fe no esta en la carne, y que como hijos de Dios tenemos la necesidad, no la opción, de vivir guiados por el Espíritu, pero para eso debemos:
1) Morir a la carne, subiéndonos al altar y ofreciéndonos a Dios en un sacrificio vivo.
2) Renovando nuestra mente a través de la palabra, solo así el Espíritu Santo podrá guiarnos a toda verdad y a toda justicia.
Si hacemos esto, viviremos una vida llena de fe, al punto que estaremos convencidos de las bendiciones de Dios, y por consiguiente las recibiremos, porque vivimos de forma agradable delante de él, esa es la verdadera gracia de Dios en nuestras vidas, ser en este mundo como él es.

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