jueves, 8 de septiembre de 2011

PELEANDO POR MI PROMESA

Guerra Espiritual
PELEANDO POR MI PROMESA
No conozco ningún equipo en el cual un solo jugador realice todas las tareas, aun siendo el mejor de los jugadores necesita de todo un equipo, compañeros de juego, asistentes, técnicos, etc.


Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres,  Simón,  hijo de Jonás,  porque no te lo reveló carne ni sangre,  sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo,  que tú eres Pedro,  y sobre esta roca edificaré mi iglesia;  y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. (Mat 16:17-18) 
El Señor Jesús en estos versos profetizó que iba a levantar a Pedro, otorgándole autoridad para atar y desatar, un hombre extraordinario, lleno del poder de Dios, al cual las señales le acompañaron, pero también sobre de esta palabra declara que sería contra la iglesia en general que el infierno no iba a prevalecer, no solo contra Pedro o contra cualquier otro hombre ungido, sino contra un grupo en específico llamado iglesia.
Nosotros tenemos la promesa que el infierno no prevalecerá contra solamente una persona, más bien no prevalecerá contra todo el grupo llamado iglesia, bienaventurados los que pertenecemos al cuerpo de Cristo, la iglesia del Señor. Por lo tanto si estamos aislados, si caminamos solos, el infierno entonces si puede prevalecer.
Necesitamos trabajar en equipo, pertenecer a un grupo, formar parte de un discipulado, en la iglesia Rey de Reyes nuestra visión consiste en establecer grupos de crecimiento para formar de cada persona un cristiano desarrollado integralmente, que en unidad familiar impacte a Guatemala. No conozco ningún equipo en el cual un solo jugador realice todas las tareas, aun siendo el mejor de los jugadores necesita de todo un equipo, compañeros de juego, asistentes, técnicos, etc.
El infierno no puede prevalecer en contra nuestra si formamos parte de la iglesia de Cristo, el mejor equipo de trabajo, pero sabe el diablo que si estamos solos somos vulnerables a su ataque. Por ejemplo, el rey Saúl, era ungido de Dios, rey poderoso levantado de Dios, pero frente a Goliat tenía temor, aun con autoridad y unción tuvo miedo del gigante, el problema era que Goliat era el que estaba poniendo las reglas, él dispuso la forma de pelear.
Nadie se percató que el robó la autoridad de poner las reglas, el gigante Goliat, decía: Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel,  diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla?  ¿No soy yo el filisteo,  y vosotros los siervos de Saúl?  Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. (1Sa 17:8), durante 40 días repetía lo mismo, la pregunta es, si tanta fuerza tenía, porque se tardó tanto en hacerlo, el diablo es un mentiroso, él te estará diciendo durante mucho tiempo las cosas, pero no las hace, el lo único que hace es confundir nuestra mente, engañándonos y con esto lo único que provocaba es que todo el pueblo se llene de temor, no te dejes engañar por las palabras del enemigo, que no confunda tus pensamientos, que no te haga pensar en la derrota, recordemos que es más fuerte el que está dentro nosotros. 
Goliat el gigante quería pelear contra un solo hombre, al que lo enfrentaría lo quería aislado del resto del grupo, él tenía la intensión de enfrentarse a un aislado del grupo, a un hombre solitario, él sabe muy bien que si nos enfrentamos como equipo, no puede prevalecer nada contra nosotros.
Aparece en escena David, el muchacho hermoso que había sido enviado a dar alimentos a sus hermanos, David no era el que tenía que pelear, él simplemente estaba cumpliendo una orden, realmente uno no sabe si al momento de obedecer podemos terminar como grandes vencedores, quien debía de enfrentar al gigante era el rey Saúl, más sin embargo fue una gran oportunidad que se presentó a la vida de David.
No debemos de poner atención a lo que el diablo está diciendo, es un experto en la mentira, engañador, lo único que estaba provocando era sembrar el temor en todo el ejercito, tenía a todo el pueblo metido en una cultura de terror, él era el que estaba pidiendo a un solo hombre, David por el contrario venía obedeciendo la orden de su papá, si nosotros permanecemos obedeciendo las ordenes de nuestras autoridades, por insignificantes que parezcan, estas nos pueden llevar a obtener una oportunidad de levantamiento.
Es mejor no ponerle atención a las mentiras del diablo y mantener la vista en las promesas de Dios, David ya había escuchado cual era la promesa del rey y la recompensa que iba obtener aquel que venciera al gigante, Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido?  El se adelanta para provocar a Israel.  Al que le venciere,  el rey le enriquecerá con grandes riquezas,  y le dará su hija,  y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel. (1Sa 17:25)
Tomemos las promesas que nuestro Padre ha declarado para nosotros, pongamos nuestra mirada en Él y creamos en cada una de las promesas que tiene para nosotros, debemos de aprovechar cada una de las oportunidades que se nos presenten, cada oportunidad es un medio para alcanzar las promesas de nuestro Padre.
Entonces David dice: ¿quién es este filisteo incircunciso,  para que provoque a los escuadrones del Dios viviente? David le puso más atención a las promesas del rey que a lo que el gigante venía diciendo durante cuarenta días, que nunca se le olviden las promesas que Dios tiene para su vida, le recomiendo que tenga diariamente su lectura Bíblica y descubra las promesas que Dios ha dejado para sus hijos.
David toma la piedra y le declara que él había ido a la pelea en nombre de Jehová de los ejércitos, no en nombre propio, David peleó teniendo en mente las promesas del rey, vallamos nosotros a la batalla también no en nombre propio, batallemos en el nombre que está sobre de todo nombre, el nombre sobre el cual toda rodilla se doblará, Jehová de los ejércitos, teniendo en mente cada una de las promesas que Él nos ha dado

APOSTOL ALEX GONZALEZ 

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